7 de junio de 2012

Mohamed Bouazizi era un joven tunecino que fruto de la desesperación, parado y sin recursos, se prendió fuego y murió. Su inmolación fue la chispa que encendió la llama de la movilización social en Túnez que llevó, pocas semanas después, a la caída del odiado Ben Alí. A veces un gesto de unos pocos sirve para despertar la conciencia de muchos.

Pero ¿cuál es el estado de animo, la voluntad de lucha entre el profesorado? El ataque que plantea el gobierno ye brutal, y así lo percibe la mayoría, así lo expresó el seguimiento de la huelga del 22 de mayo, en torno al 70%, el más alto en una huelga del sector educativo desde las del 88. Que fuera una huelga estatal, que implicaba a todos los tramos educativos, y apoyada por todas las organizaciones sindicales, estudiantiles y federaciones de AMPAS fue un factor determinante en el éxito de la convocatoria. 

Durante este tiempo la iniciativa de la movilización del colectivo docente ha correspondido a esos grupos de compañeros y compañeras que en los centros educativos plantearon actividades que sirvieran para dinamizar, para sentir que estábamos haciendo algo contra los recortes y salir afuera a explicar que esta ostia nos la daban a todos y todas. Discutíamos sobre la necesidad de plantear medidas más contundentes y cuando los mineros empezaron su lucha miramos para el colectivo minero con envidia. Si fuéramos como ellos la cosa seguro que cambiaba. Pero no somos como ellos. Cuando planteas una huelga de 48 horas y responde el 100% de la plantilla, cuando convocas a piquetes para cortar carreteras y acuden 1000 entonces, está claro, hay que dar un paso más, huelga indefinida.

- En nuestro caso las asambleas de centro son un auténtico éxito cuando acude la mitad del claustro, cuando a la concentración a la puerta del centro va la tercera parte, cuando en las manifestaciones se organiza un pequeño cortejo con la comunidad educativa de tu centro. Pero ¿está preparado el colectivo para una huelga indefinida que tenga la mínima incidencia? Creo que no, no ye el ambiente que se palpa. No hay aquí una tensión oculta que un gesto de un pequeño grupo sirva para liberar. Hicimos y seguiremos haciendo pequeñas concentraciones o grandes marchas y manifestaciones. Yo aposté por el camino de la baja pero permanente intensidad porque sinceramente creía que era lo que nos podíamos permitir y siempre con la esperanza de que fuera a más, a mucho más y muy rápido pero no fue así. Pesan muchos factores, la falta de tradición de lucha, la composición social heterogénea del colectivo, las diferencias. Primaria y secundaria, interinos y definitivos, veteranos y de nuevo ingreso, firmantes de la carrera y no firmantes. Pesa también el estado de shock general de la clase trabajadora, los recortes continuos en derechos sociales, el paro masivo, las ostias continuas que vienen por todos lados y que empresarios, políticos y tertulianos presentan como inevitables. Pesa esa actitud cómoda e individualista del que sueña con que ahora no le toque o que si le toca no sea tan grave o que si ye grave alguien se lo arregle. 

- Por lo que sea, el colectivo no responde como deseáramos. ¿Tendrá seguimiento la huelga indefinida? No, eso nadie lo duda. La esperanza de los compañeros y compañeras que apuestan por ello ye que el número de huelguistas crezca geométricamente. No va a ser. No hay condiciones. 

- Se convoca al profesorado interino. Los definitivos no fuimos llamados ni a la asamblea ni a la huelga. No vale el “si quieres puedes ir”. Difícilmente alguien se puede implicar en algo de lo que no ye partícipe. El efecto de la convocatoria puede ser el contrario del que honestamente pretenden los y las que la impulsan: la división entre quienes queremos dar guerra y la indiferencia total de quienes ya eran un poco indiferentes. La quemazón de quien siga la convocatoria al ver que detrás no va la masa. 

La opción de hacer seguimiento durante las evaluaciones tampoco la veo porque tenemos ritmos diferentes en primaria y secundaria, porque algunos ventilan las sesiones de evaluación en un día y otros en tres, porque sería un llamamiento demasiado disperso. 

¿Se puede reconducir esto? ¿Se puede sacar algo positivo? 
Creo que en las condiciones actuales podemos plantearnos una nueva convocatoria de huelga. Una huelga de todo el colectivo docente sea cual sea su condición laboral concreta y apoyada por estudiantes, padres y madres, por todas las personas que están por la defensa de la enseñanza pública. Esta vez con las reivindicaciones dirigidas directamente al nuevo gobierno. Creo que el día 14, el día en que la Junta de personal llama a una manifestación podría ser buena fecha. Necesitamos la implicación de todos los grupos de docentes, sindicatos incluidos, que están por dar la batalla hasta donde las condiciones concretas del momento nos lo permitan.

Primi Abella C.S.I.Enseñanza

2 comentarios :

  1. Me gusta el primer párrafo, a partir de ahi pareces (perdona que te tutue y personalice) el empresario de la gasolinera que vendió la gasolina a quien se quemó, pero, eso sí, desde su sillón de FUNCIONARIO DE CARRERA con el culo bien sentado y analizando desde la altura la determinación de quien lo hizo. Propón y secunda propuestas de perfil bajo, que cuando vengan a por ti no les importará si eras o no judio, comunista u oveja

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  2. De xemes en cuandu llégame a la tiesta la idea de que dalgunes persones quieren más reventar les lluches que ayudar nos llogros.

    A veces se me pasa por la cabeza que algunas personas prefieren reventar la lucha que apoyar los logros.

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